Esta pareja reproductora conseguía reproducirse de manera natural pero irregular en nuestras instalaciones, fracasando a veces durante la incubación (2014) o durante la crianza (2013, 2011). Pero hoy mismo, mediante la misma técnica de incubación artificial que habíamos empleado el año pasado con Pablo, ha nacido un nuevo buitre negro, para escribir así una esperanzadora página más en la historia de nuestras instalaciones de cría en cautividad.

El nuevo pollo ha pesado algo más de 165 gramos y, a las pocas horas, ya demandaba su primera ceba. Comparte instalación con el creciente número de cernícalos primilla que también eclosionan en estas fechas en nuestro centro. Pero queda aún mucho camino por delante: Tras transferirlo en unos días a sus padres (que incuban en la actualidad un huevo de escayola), tendrá que desarrollarse hasta cumplir unos 75 días de edad, momento en el cual podrá ser trasladado al hacking desde donde será liberado en la zona de reintroducción de Pirineos (Boumort-Alinyà).

La incubación artificial durante gran parte del desarrollo embrionario, así como los cuidados neonatales durante la primera semana de vida han demostrado, en numerosas especies de rapaces asegurar en gran medida la eclosión y la supervivencia temprana. Un éxito que nos ha alegrado el día y que nos ha traído al mundo un nuevo pollo de buitre negro en el que, una vez más, ponemos todas nuestras esperanzas.