El desenlace no pudo ser más propicio, pues tan pronto como se despojó del trapo que le cubría la cabeza, la cigüeña una vez libre comenzó a acelerar el trote con sus delgadas patas y acompasándolo con los primeros aleteos alzó el vuelo en unos pocos segundos. Luego remontó en altura para permanecer unos minutos sobre nuestras cabezas, cicleando hasta alcanzar la altura suficiente para dirigirse directamente hacia el río Jarama, donde la perdimos de vista. ¡Muchas suerte en esta nueva etapa de tu vida!

La cigüeña liberada remonta el vuelo.La cigüeña liberada remonta el vuelo.