Es cierto que hay un "Antes", tal y como refleja la primera de las fotografías. Nos referimos al proyecto anunciado por parte de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid de descontaminación y restauración de la Laguna del Aceite, en el término municipal de Arganda del Rey (Madrid). En esta balsa, que aparece en la fotografía del "Antes", se vertieron hidrocarburos altamente tóxicos durante años, de manera que se ha convertido en una trampa mortal para la fauna silvestre, especialmente las aves acuáticas que quedan atrapadas en ella. Nuestra sorpresa (o mejor dicho, nuestro estupor) aparece cuando vemos atónitos un paisaje idílico en la fotografía del "Después", un paraje que no tiene nada que ver nada con la zona donde se sitúa la laguna y que mucho menos corresponde a un área restaurada, ya que de la restauración poco o nada se ha hecho hasta la fecha.

El ominoso panel podría ser entendido como una declaración de intenciones (lo que hay y lo que queremos hacer) o un artefacto retórico de medias verdades. Pero, francamente, no nos apetece lo más mínimo entrar en ese juego de sutilezas cuando de lo que estamos hablando es de una las grandes barbaridades ambientales cometidas en la Comunidad de Madrid, que se ha intentado ignorar durante muchos años. Por no hablar del fraude de no haber penalizado a la empresa responsable del vertido (una vez más, "quien contamina no paga" y una vez más somos los ciudadanos quienes tenemos que apechugar con los gastos).

La mentira edulcorada en la retórica del “Antes” y el “Después” esconde la muerte de varios miles de aves que durante estas tres décadas han sigo fagocitados por la laguna petroleada, aves que confunden el lecho de aceite altamente corrosivo con una lámina de agua sobre la que posarse. Lo último que habría que hacer es trivializar sobre ello. Y menos en un lugar como CONAMA 2014, donde procede tratar los temas ambientales con el máximo rigor y veracidad. Nunca hemos intentado responsabilizar al Gobierno de la Comunidad de Madrid de lo que otros fueron responsables, pero que no quieran vendernos un DESPUÉS lleno de brotes verdes…