En el caso de los galápagos una mala alimentación causa un claro desequilibrio en los nutrientes que afectará al desarrollo del animal, causando problemas oculares que pueden evolucionar hasta la pérdida de ambos ojos, malformaciones de caparazón que impedirán el correcto movimiento del animal y comprimirán los órganos que contiene, debilidad ósea y  aparición de fracturas espontáneas, y otros muchos problemas que afectan al metabolismo.

Esto es lo que le ocurrió a uno de nuestros últimos pacientes: un galápago leproso (Mauremys leprosa), animal autóctono y protegido por la legislación española. Este ejemplar estuvo viviendo en cautividad con una alimentación completamente errónea, lo que le produjo importantes deficiencias en vitaminas y minerales, desarrollando una inflamación de los párpados que llegó a comprometer su visión.
         
Por suerte, llegó a tiempo al hospital de GREFA, donde el equipo veterinario le instauró una terapia de choque con vitaminas sistémicas junto a la corrección de su dieta y se le administró un tratamiento específico para su problema ocular. En este caso, la evolución de nuestro paciente fue muy buena y reaccionó enseguida al cambio de alimentación.

Evolución a los 4 díasEvolución a los 4 días Evolución a los 8 díasEvolución a los 8 días Evolución a los 11 díasEvolución a los 11 días

Sin embargo, la mayoría de las veces estos animales vienen con lesiones irreversibles que dificultarán su desarrollo e impedirán que puedan llevar a cabo una vida normal en estado salvaje. Por ello es importante, a la hora de adquirir una mascota, buscar toda la información posible sobre ella (alimentación, tipo de instalación, necesidades de mantenimiento…). Cuanto más asemejemos su vida a la vida salvaje menos problemas de salud tendrán en el futuro.

Por otro lado, también queremos hacer un llamamiento a todas las personas que tienen animales autóctonos como mascota. Los animales de nuestra fauna están protegidos, desde los anfibios a las rapaces, y por ello está prohibida la tenencia en cautividad de ellos. Además, la mayor parte de esas especies están de una forma u otra en peligro. Por tanto, si usted tiene un galápago leproso, un erizo europeo o cualquier otro animal que sospeche que pueda ser autóctono y estar protegido, póngase en contacto con su veterinario para que se lo confirme y le dirija al centro de recuperación más cercano.