En el momento de ser rescatada, la gallineta o polla de agua era incapaz de ponerse en pie. A su llegada a nuestro centro se vio además que estaba delgada y deshidratada y que presentaba las plumas del vientre y la cola manchadas de heces, lo que podía significar que también tuviera diarrea. Todo ello nos llevó a sospechar que nos encontrábamos ante un caso de botulismo.

Esta enfermedad es una infección causada por una toxina de Clostridium botulinum, que afecta al sistema nervioso dando lugar a una parálisis que en las aves empieza en las extremidades posteriores y va extendiéndose hacia las alas y la cabeza. Generalmente es de origen alimentario, aunque también puede adquirirse por contaminación de heridas.

Aunque no se le realizó la prueba laboratorial de referencia para confirmar el diagnóstico, debido al alto coste de la misma, se le instauró el tratamiento de elección para dicha toxi-infección, el cual consiste en una rehidratación del animal, suplementada con vitaminas y antioxidantes, junto con una antibioterapia eficaz. Los resultados observados fueron favorables desde el primer día y a día de hoy la gallineta está lista para ser transferida al Departamento de Rehabilitación de GREFA, donde pasará unos días cogiendo fuerzas antes de ser liberada.