Seguramente nos sorprendemos si vivimos en un entorno rural (o semiurbano) y al salir a nuestro jardín observamos fugazmente uno de estos animales. Pero las serpientes y culebras resultan más comunes de lo que pensamos en el entorno en que vivimos y si precisamente nos cuesta verlas es porque se trata de animales que rehúyen al ser humano: solo se mostrarán agresivas, al igual que cualquier animal salvaje, si intentamos capturarlas, acorralarlas o atacarlas.

De igual modo, nos llama la atención el enorme número de avisos que recibe nuestro Equipo de Rescate por avistamientos de supuestas víboras (las únicas serpientes venenosas que habitan en España), sobre todo si tenemos en cuenta que en toda la franja media y sur de la península Ibérica solo es posible encontrar una de las tres especies que habita en nuestro país: la víbora hocicuda (Vipera latastei). Además, esta especie vive a más de 1.300 metros de altitud prefiriendo siempre zonas montañosas como pedregales o canchales.

Casi siempre dos especies (inofensivas ambas)

Entre las especies comunes en el entorno en que vivimos (incluso zonas urbanizadas) podemos encontrar a la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus)  y la culebra de escalera (Rhinechis scalaris), que ocupan casi el 100% de las llamadas que recibimos por ofidios.

Ambas especies muestran agresividad si tratamos de manipularlas, pero sin embargo son inofensivas y tratarán de huir lo más rápidamente posible si las dejamos en paz. No en vano, muchos de los avisos que recibimos nos llegan después de haber visto fugazmente a una de estas culebras sin que vuelvan a aparecer.

Debemos concienciarnos de que todas las especies de ofidios que habitan entre nosotros están protegidas y evidentemente merecen nuestro respeto. Como decíamos anteriormente, en la mayoría de los casos, el desconocimiento sobre estos animales acaba produciendo temor, pero basta con saber llevar la situación cuando nos topemos con cualquier especie de serpiente y en la mayoría de casos consiste en dejarla que siga su camino.

Guía rápida para diferenciar la culebra bastarda de la de escalera:

La culebra bastarda suele mostrar una coloración verdosa o parda en  adultos y puede llegar a medir dos metros. Algunos ejemplares además muestran una mancha oscura de varios centímetros en el primer tercio de su cuerpo. Algo más pequeña resulta la culebra de escalera, llamada así por el dibujo en forma de escalones que recorre todo el cuerpo de los ejemplares jóvenes (cuando son adultos pierden los “escalones” y les quedan 2 líneas negras paralelas).

Las fotos que acompañan a esta noticia, hechas por nuestro compañero David, del Equipo de Rescate, os ayudarán a identificar ambas especies comunes. No obstante si tenéis cualquier duda ante el encuentro con alguno de estos fascinantes animales, no dudéis en poneros en contacto con nosotros.