Nuestra compañera Marina recibió el encargo de recoger en Aranjuez (Madrid) "un pequeño ave de vivos colores que había chocado con una cristalera y que estaba aturdida". Tras recogerlo, Marina observó que el animal apenas se mostraba huidizo, lo que le hizo sospechar que quizás estuviera improntado por la presencia humana, pues la querencia al dedo de su rescatadora sorprendió a todos los que estábamos en las instalaciones de GREFA cuando ingresó esta ave.

Lo cierto es que en nuestra nursería se comprobó que el ejemplar era un pollo volantón de esta singular ave ligada a los los ríos y humedales y que la conducta que mostraba no respondía a una pasada cautividad sino más bien a su corta edad. El martín pescador fue llevado a unas instalaciones que unos colaboradores de GREFA tienen a orillas del río Henares, en el que el fácil observar ejemplares de la especie, y sería liberado un par de días después.