El fin de semana del 1 y 2 de abril, un equipo de naturalistas de GREFA pudimos ser testigos de uno de los mayores ataques al medio ambiente y al medio rural de los últimos años: la mina de uranio de Retortillo (Salamanca), en pleno Campo Charro. Un proyecto que, aun carente de los permisos reglamentarios, se ha iniciado llevándose por delante cerca de mil encinas centenarias, amenazando 2.500 hectáreas de un ecosistema de alto valor ambiental y una economía rural basada en la calidad de sus aguas y en la ganadería sostenible con el medio ambiente.
La semana pasada un equipo de trabajadores y voluntarios de GREFA que se afanaban en diferentes tareas del proyecto de "Control biológico del topillo en Castilla y León" detectó un caso de colisión y otro de electrocución de aves dentro de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) “Campos-Nava”, un espectacular paraje pseudoestepárico de la provincia de Palencia. En esta ocasión, las desafortunadas víctimas han sido una avutarda, que colisionó contra una línea de alta tensión, y una corneja electrocutada en un apoyo del mismo tendido.
Agentes Forestales, Agentes de Medio Ambiente, Agentes de Naturaleza... No importa la denominación que tengan en cada comunidad autónoma, son seguramente los profesionales con quienes más coincidimos en el medio natural y con quienes más unidos nos sentimos en un objetivo común: velar por la biodiversidad. Por eso hemos lamentado mucho que dos Agents Rurals de la Generalitat de Cataluña hayan muerto el pasado 21 de enero, en el ejercicio de sus funciones, al ser disparados por un cazador al que le habían requerido la documentación, en Aspa (Lleida).
Como os hemos contado en múltiples ocasiones, una de las partes fuertes de los trabajos de conservación de GREFA es la presencia continuada en las zonas de actuación. Ya sea en Cataluña, Andalucía, Madrid, Galicia o Castilla y León, por citar algunas comunidades autónomas donde trabajamos intensamente, GREFA cuenta con numerosos naturalistas que han encontrado su lugar para vivir en su área de trabajo. Por lo general, esto lleva consigo una continua labor de sensibilización por la conservación de la fauna salvaje y en no pocas ocasiones tiene sus frutos.
Hace pocos días, mientras el equipo que llevaba a cabo el proyecto de control biológico del topillo nos desplazándonos de una zona de trabajo a otra en la comarca castellana de Tierra de Campos, pudimos observar desde la misma carretera el cuerpo sin vida de un ratonero bajo un poste de baja tensión. Bajo la misma línea eléctrica detectamos una corneja, también electrocutada, y un ánade real que había colisionado con los cables.
El pasado 9 de septiembre apareció un oso pardo muerto muy cerca de la emblemática reserva natural de Muniellos (Asturias). Ya de por sí el hallazgo de un ejemplar sin vida de una de las especies más totémicas de la fauna ibérica es un jarro de agua fría. Así que imaginaos la enorme tristeza, rabia y estupor que nos ha invadido cuando nos hemos enterado por nuestros amigos del FAPAS, tras la realización de la correspondiente necropsia por parte de la Universidad de León, de que el animal fue abatido a tiros.
Esta semana hemos sufrido un importante golpe en el mismo corazón de la campaña divulgativa sobre el proyecto "Control biológico de plagas de topillo" que desde GREFA desarrollamos a lo largo y ancho de Castilla y León. Tanto es así que nos inunda la decepción, la desolación y, porque no decirlo, la rabia. No es para menos, tras sufrir el robo de uno de nuestros recursos divulgativos y educativos más apreciados: nuestra exposición itinerante sobre el proyecto de control biológico.
Ayudar a conservar el medio ambiente está al alcance de cualquier persona, es más, es una labor de...
GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat) es una organización no...
POLLO: Cría de ave. Todos los años, durante la primavera y verano, cientos de miles de pollos de...
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