Ocho es el número de pollos de águila de Bonelli que se han liberado este año en Navarra desde LIFE Bonelli en el último año de proyecto. Además se ha comenzado a trabajar en una nueva ubicación para la instalación de hacking desde la que se realizan las liberaciones, en Sangüesa (Navarra). Estas aves ya vuelan libres y pronto iniciarán su fase de dispersión juvenil, portando con ellas la esperanza de su asentamiento definitivo en el futuro en la zona de liberación.
Ya desde que se dejó de utilizar el hacking anterior, en otoño de 2016, el equipo navarro de LIFE Bonelli tenía claro que era preciso cambiar la ubicación del mismo: el establecimiento en Lumbier de un macho liberado en 2015, "Sielva", y su fuerte defensa del territorio hacían muy complicada la liberación de nuevos ejemplares allí. Posteriormente se le ha unido "Arrangoiti", hembra liberada en 2016, formando la única pareja de águilas de Bonelli que existe actualmente en Navarra. Después de valorar todos los factores posibles, se decidió la nueva ubicación del "hacking" en Sangüesa.
Desde el primer momento el proyecto contó con el apoyo y el entusiasmo de todas las entidades y sectores con los que se ha contactado: Ayuntamiento, sociedad de cazadores, colegio público e ikastola y población en general. Los primeros seis pollos llegaron el 25 de mayo y fueron bautizados como "Ugasti", "Azbone", "Uñesa", "Gayán", "Zangoza" y "Pastoriza".Los nombres (en su mayoría topónimos de la zona) fueron elegidos en colaboración con el Ayuntamiento, el colegio público y la ikastola de Sangüesa. Ese mismo día fueron colocados en el jaulón del hacking, donde enseguida empezaron a comer y a utilizar las ramas y tocones colocados para ellos.
El jaulón estuvo cerrado hasta el 7 de junio, momento en que se deslizó hacia abajo el frontal para permitir a los animales asomarse por primera vez al exterior. "Gayán" fue el primero en salir, apenas una hora después de haber abierto el hacking, aprovechando una racha de viento que le permitió elevarse. "Azbone" y "Pastoriza" hicieron lo mismo un par de horas más tarde, mientras que "Uñesa" esperó a la tarde. Las dos más pequeñas, "Zangoza" y "Ugasti", tardaron unos días más. Desde los primeros vuelos han regresado a comer a las plataformas de alimentación y algunas de ellas han vuelto a meterse al jaulón para pasar la noche o resguardarse del fuerte calor. También han utilizado mucho las bañeras para defenderse de las altas temperaturas de esas fechas.
Y hubo una segunda liberación
Un mes más tarde, el 25 de junio, llegaron los otros dos ejemplares, "Onsella" y "Ongay". Entraron en el hacking de la mano del equipo de trabajo navarro de LIFE Bonelli y de los miembros de GREFA que los transportaron. Era casi de noche y caía una fuerte tormenta con aguaceros que dificultaron la llegada al nido artificial. Mientras permanecieron en el jaulón todavía cerrado pudieron ver a sus “hermanas” mayores comiendo y volando en la zona.
El 5 de julio se abrió el jaulón. "Ongay" saltó muy pronto mientras que "Onsella" tardó un par de días más. Estos dos animales han entrado a comer enseguida, siguiendo el ejemplo del resto de águilas e incluso "Uñesa" y "Ugasti" les han acompañado y protegido en los primeros días, llegando a defenderlas en ocasiones del acoso de milanos y córvidos.
Mientras que al principio las águilas de Bonelli pasaban prácticamente todo el día en las cercanías del hacking, en estos momentos se van alejando cada día un poco más y algunas de ellas ya han visitado la ZEPA de Leire-Arbaiun. Lo previsible es que sigan esta evolución hasta las primeras semanas de septiembre, momento en el que suele comenzar la dispersión de los jóvenes del año.
LIFE12 NAT/ES/000701