Entusiasmo y al mismo tiempo preocupación, esa mezcla que nos es tan familiar a quienes trabajamos en la conservación de especies amenazadas, es lo que nos produce las últimas noticias de dos buitres negros que nos son muy queridos: Peñalara y Escobalón.
Nuestros compañeros del Colectivo Azálvaro nos informan de la reciente aparición de seis buitres negros muertos en las inmediaciones del centro de tratamiento de residuos (CTR) Ávila Norte, lo que supone un impacto sin precedentes para esta especie amenazada.
Se llama Desaparecido y nació en 2013, hijo de Catalino, uno de nuestros buitres negros marcados en la Sierra de Guadarrama en 2010. Resulta que Catalino, en su dispersión, decidió asentarse en el corazón del ahora Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres), allí se emparejó y con tan sólo tres años fue capaz de sacar adelante un pollo, de nombre Desaparecido. Dentro de los trabajos que realiza GREFA con esta especie, enfocados en el conocimiento de las relaciones paterno-filiales, se decidió marcar con emisor a este joven ejemplar, con la Junta de Extremadura y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente como colaboradores.
Escobalón es un buitre negro nacido en Valdemaqueda, en la comarca natural del Suroeste de Madrid, en 2009. En julio de ese año fue marcado en su nido, a la edad aproximada de 80 días, con un transmisor GPS. Desde entonces ha sido seguido por GREFA y ha aportado mucha información útil para la conservación del buitre negro en el Sistema Central.
Se trata del último buitre negro marcado con trnsmisor GPS en el proyecto de seguimiento de esta especie en la zona centro peninsular, el verano pasado.
El pasado dia 11 os informamos del marcaje con transmisores de dos buitres negros adultos en la sierra suroeste de Madrid y realizamos una votación para ponerlos nombre. Los elegidos han sido Hoz para el ejemplar marcado con GPS y Monje para el marcado con transmisor terrestre.
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