El pasado 3 de julio llegó a nuestro hospital de fauna un volantón de avutarda, procedente del término municipal de Valdetorres de Jarama (Madrid). Este caso ilustra algo en lo que venimos insistiendo: casi siempre es mejor no retirar de su hábitat a las crías de las especies salvajes por estas fechas, por abandonadas o desvalidas que nos parezcan, puesto que sus padres suelen estar cerca y nadie mejor que ellos para ayudarles.
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Casi cuatrocientos. Esa es la apabullante cifra de animales que ingresaron en el Hospital de Fauna Salvaje de GREFA el pasado fin de semana. No recordábamos una oleada de ingresos de este calibre en tan poco tiempo en los casi cuarenta años que llevamos funcionando. El sofocante calor de los últimos días tiene su reflejo en una mayor vulnerabilidad de gran número de especies, sobre todo de pollos y demás crías recién emancipados por estas fechas. Ha sido todo un desafío para nuestro personal pero os lo teníamos que contar.
El pasado 21 de junio nos dirigimos por escrito a la Consejería de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, a través de una carta dirigida a Diego Sanjuanbenito, director general de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, en la que solicitábamos colaboración en un tema de máxima urgencia y que requería una respuesta inmediata. Se trataba ni más ni menos que de arrimar el hombro para dar salida a la gran cantidad de fauna necesitada que entraba en nuestro centro como consecuencia de la reciente ola de calor. ¿Queréis saber el resultado de nuestras gestiones? Ni la más mínima respuesta por parte de la consejería.
En plena época de ingresos de crías huérfanas en nuestro Hospital de Fauna Salvaje, el pasado 13 de junio tuvimos uno muy peculiar: nada menos que unas quinientas larvas de gallipato. Nos las trajeron los Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid. Esta noticia nos invita a reflexionar sobre los grandes retos a los que se enfrentan los anfibios de cara a su conservación.