El pollo de cigüeña superviviente del incendio de Brunete (Madrid) se recupera en las instalaciones de GREFA.El pasado sábado 6 de junio, a última hora de la tarde, un Agente Forestal de la Comunidad de Madrid nos trajo dos pollos de cigüeña del nido existente en el edificio del Ayuntamiento de Brunete (Madrid), que ese mismo día había resultado afectado por un espectacular incendio. Aunque era fin de semana, la operatividad de nuestro turno de guardia permitió dispensar a estas aves rescatadas todos los cuidados y tratamientos que requerían.

Uno de los pollos ingresó con graves fracturas y quemaduras, por lo que nada se pudo hacer salvar su vida. El otro en cambio presentaba un estado mucho menos preocupante, por lo que esperamos que pronto estará recuperado y en condiciones para devolverle a su hábitat natural. Pero antes, para garantizar sus posibilidades de sobrevivir, estará una temporada en GREFA completando su crianza a cargo de nuestro personal especializado. Cuando sea capaz de volar y alimentarse por sí mismo, se le soltará en la misma zona de donde procedía.

Una voluntaria del hospital de fauna de GREFA sujeta a uno de los pollos rescatados del incendio de Brunete (Madrid).El ingreso de las cigüeñas en GREFA ha causado una gran expectación y durante los últimos días hemos recibido numerosas llamadas de periodistas, así como la visita de varias televisiones deseosas de grabar el acontecimiento. El propio alcalde de Brunete, Borja Gutiérrez, acompañado de otros miembros de la corporación municipal, nos visitó ayer para interesarse por el estado de salud del pollo superviviente e incluso formalizar su apadrinamiento.

Desde GREFA queremos reconocer la buena labor de los vecinos de Brunete y de los Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid para ayudar a las cigüeñas. En agradecimiento a ellos os brindamos esta fragmento de la novela "La forja de un rebelde" de Arturo Barea, que nos ha hecho llegar nuestro compañero Jorge F. Orueta, de SEO/BirdLife:

"En lo alto de la iglesia hay un nido de cigüeñas que parece un montón de leña. Una vez, un cura muy viejo que había en el pueblo, y que coleccionaba insectos del campo, cogió una ci­güeña y le puso en una pata un anillo grande de cobre con un letrero que decía «España». Al año siguiente, la cigüeña trajo otro anillo de plata en la otra pata, con un letrero que nadie sabía leer, pero que, según un profesor que vino de Madrid a verlo, era árabe y decía «Estambul», que es una provincia de Turquía. Después, el cura cada año ataba al anillo una cintita con los colores nacionales y la cigüeña volvía con una cintita roja. La cigüeña murió en Brunete y el cura guardó en la sa­cristía los dos anillos y siete cintitas coloradas."