Todas las zonas de estudio en las que desarrollamos el proyecto del Control biológico de plagas de topillo campesino, sobre todo en Castilla y León, se caracterizan por ser paisajes agrarios en los que abundan las extensas planicies dedicadas al cultivo de cereal, alfalfa, girasol, remolacha, maíz, patatas y hortalizas principalmente. La gran mayoría de ellas se dispone en forma de parcelas de varias decenas de hectáreas. Este paisaje se ha constituido a lo largo del tiempo por la roturación histórica del terreno. Pero especialmente en las últimas décadas ha sufrido una transformación radical debido a la modernización agraria en todos sus aspectos.
Desde hace dos años GREFA junto con el ayuntamiento de Villalar de los Comuneros realizamos unos campos de trabajo internacional en los que se desarrollan actividades vinculadas a la conservación del Medio ambiente ligadas sobre todo a implantar en Castilla y León EL Proyecto de Control Biológico del Topillo Campesino y evitar el uso indiscriminado de rodenticidas.
La campaña de seguimiento de nuestro proyecto de control biológico de plagas de topillo se encuentra en pleno auge de trabajo de campo. Estamos especialmente activos en Castilla y León, donde una vez que hemos localizado todas las cajas nido ocupadas a lo largo de estos dos últimos meses empiezan a verse los primeros pollos nacidos e incluso volantones de las dos rapaces con las que trabajamos: el cernícalo vulgar y la lechuza común. Facilitar la nidificación de estas dos "máquinas" de cazar roedores es el objetivo de nuestro proyecto, que se plantea como alternativa a otros métodos utilizados para luchar contra las plagas de topillo, como el uso masivo de rodenticidas químicos.
La semana pasada nos desplazamos a Montejo de la Vega y Maderuelo, ambos pueblos del noroeste de la provincia de Segovia, donde nos encontramos desarrollando una iniciativa a pequeña escala de control biológico de plagas de topillo, gracias al apoyo de nuestros compañeros de WWF España.
Esta semana se ha alcanzado un hito importante para nuestro proyecto del control biológico de las plagas de topillo campesino. Hablamos nada menos que de la incorporación de una nueva provincia a este sistema de control de plagas de roedores. Concretamente se trata del municipio vitivinícola burgalés de Peñaranda de Duero, donde se encuentran las viñas de la firma “El Bosque de Matasnos”.