El pasado 10 de noviembre se liberaron 16 buitres negros en los Montes Ródopes, en el sur de Bulgaria. Estuvo presente GREFA, que ya había participado en el marcaje con GPS de estas aves y se había encargado de reunirlas en España con vistas a su reintroducción. El proyecto búlgaro tiene la misma metodología de liberación de buitre negro que GREFA aplica en la Sierra de la Demanda y Pirineos.
Esta actuación está impulsada por la organización internacional Rewilding Europe y la ONG Bulgarian Society for the Protection of Birds (BSPB/BirdLife Bulgaria), con la colaboración de GREFA, que aporta su experiencia de años en reintroducciones de buitre negro y otras especies amenazadas. De hecho, un equipo de nuestra ONG se desplazó varios días desde España hasta los Montes Ródopes para participar en la liberación de los buitres negros y en el seguimiento posterior de los ejemplars liberados. La finalidad de esta medida es contribuir a la recuperación del buitre negro en Bulgaria, donde esta rapaz necrófaga se extinguió hace unos treinta años y cuya población está empezando a ser recuperada gracias al trabajo de diversos proyectos en varias zonas del país. Estos proyectos suponen además un eslabón más en el objetivo de comunicar las poblaciones naturales y reintroducidas de buitre negro a lo largo de toda Europa.
Imagen de la cámara instalada junto al Punto de Alimentación Suplementaria (PAS) donde comen los buitres negros liberados.
El día de la liberación, a primera hora de la mañana, los equipos de las tres ONG que colaboramos en este proyecto nos reunimos para concretar los últimos detalles de la inminente suelta de los buitres negros. Acto seguido nos dividimos en tres grupos. Un grupo se iba a encargar de abrir las puertas de la jaula de aclimatación donde los buitres negros han permanecido varios meses y observaría el evento desde un "hide" cercano. Los otros dos grupos observarían la jaula y el punto de alimentación instalado cerca de ella desde dos puntos de observación diferentes y más lejanos.
El más tempranero... ¡con diferencia!
El primero de los 16 buitres negros en salir de la jaula fue un ave con el ala amputada. Aunque incapaz de volar, su presencia en la zona de liberación servirá de reclamo en el futuro para atraer a otros ejemplares de su especie. Después de unos primeros minutos dedicados a familiarizarse con el nuevo entorno, este buitre negro empezó a comer de los aportes que les suministramos en el Punto de Alimentación Suplementaria (PAS) que hemos creado en la zona de liberación, al que también bajaron varios cuervos. En el siguiente vídeo podeís ver justo el momento en el que este buitre negro sale del jaulón:
Durante las cuatro horas siguientes no salió ningun buitre negro más de la jaula, donde parecían estar muy agusto. En los proyectos de reintroducción de buitre negro que llevamos a cabo en la Sierra de la Demanda (provincia de Burgos y La Rioja) y en la reserva de Boumort (Prepirineo de Lleida) nos hemos acostumbrado a ver a muchos buitres negros bajar a comer a los PAS existentes en esas zonas de liberación. La presencia de estas aves libres tan cerca facilita la salida de los ejemplares que permanecen en las jaulas de aclimatación de estos proyectos en el momento de la liberación. En cambio, en Bulgaria, la ausencia de otros buitres alimentándose en el PAS frente de la jaula marcó una diferencia importante y ralentizó mucho la salida de las aves. Aunque también es cierto que cuanto más lenta es la salida de la jaula mayor control tenemos de las aves liberadas y es más fácil que estas se terminen fijando a la zona.
Pasadas cuatro horas de completa tranquilidad dentro de la jaula, decidimos abrir más una de las dos puertas, hasta alcanzar un espacio abierto de dos metros. Después de otro par de horas, cuando faltaba poco para el atardecer, los buitres negros restantes empezaron a salir. Algunos lo hicieron volando en lugar de caminando, demostrándose así que abrir más la puerta les ayudó en la salida. Ninguno de los buitres negros recién salidos permaneció más de diez minutos junto a la jaula y todos se alejaron un poco mediante vuelos cortos. Aunque lo ideal es que se hubieran quedado comiendo dentro del PAS, lo importante es que no se alejen mucho de la zona de liberación. Al caer la noche aún quedaban siete buitres negros por salir.
Segundo y tercer día de liberación
Al día siguiente, considerando que quedaba comida en el PAS y para evitar molestias a los buitres negros, decidimos controlar a las aves desde un punto de observación lejos de la jaula, así como a través de las cámaras instaladas en el entono y también gracias a la información de los emisores que portaba la gran mayoría de los ejemplares liberados. En esta ocasión, todos los individuos que quedaban dentro de la jaula, excepto uno, abandonaron el recinto caminando y se pararon a comer en el PAS. Por primera vez, un buitre leonado aterrizó en el lugar, pero fue rápidamente alejado por los buitres negros, una secuencia que precisamente ha quedado reflejada en el siguiente vídeo:
También volvieron a comer al PAS varios de los buitres negros que dejaron la jaula el día anterior, lo que supuso una gran noticia. Al atardecer, una vaca entera fue transportada al punto de alimentación para el día siguiente. Al tercer día, aproximadamente cincuenta buitres leonados bajaron a comer al PAS. Para entonces todavía quedaba un buitre negro dentro de la jaula, el cual acabó saliendo de ella.
La mayoría volvió al PAS
Para el décimo día después de la liberación, 10 de los 16 biutres negros reintroducidos habían vuelto a las proximidades de la jaula en algún momento para comer en el PAS, lo que nos decía que íbamos por el buen camino. En esos días la actividad diaria de los equipos del proyecto consistió principalmente en seguir las posiciones de todos los buitres negros liberados y controlar las visitas que hacían al PAS (garantizado el suministro constante de comida), a través de observaciones con telescopios, de los emisores individuales y de las cámaras de la jaula. Es de destacar la visita de un joven pigargo europeo al PAS, donde se fue con un buen botín, y cuya presencia nos hizo gran ilusión, al ser una especie con la que GREFA ha empezado a trabajar intensamente a través del proyecto de reintroducción que estamos desarrollando en Asturias.
Como labor complementaria, inspeccionamos los pinares de los alrededores de la jaula, con la finalidad de encontrar árboles adecuados para instalar nidos artificiales que faciliten la reproducción de los buitres negros en el futuro. El equipo local ya había instalado diez de estos nidos sobre robles. Es cierto que, aunque los buitres negros utilizan para nidificar un buen número de especies diferentes de árboles, incluso de hoja caduca, los pinos son sus preferidos, al menos en la zona centro de España. Pero la verdad es que en esta parte de Bulgaria hay pocos pinos adecuados que permitan la nidificación.
Parte de nuestro tiempo lo dedicamos a compartir nuestras experiencias con la finalidad de divulgar entre la población local las acciones y los objetivos de la liberación de los buitres negros, en lo que es una estrategia fundamental para evitar conflictos y aunar sinergias, tal y como hace GREFA en todos nuestros proyectos de reintroducción y reforzamiento de poblaciones de especies amenazadas. Superado el hito de la liberación de estos buitres negros, en los próximos meses el objetivo será vigilar y facilitar el proceso de adaptación de las aves a este sector de los Montes Ródopes, de lo cual os tendremos informados.
Dos naturalistas vigilan los movimientos de los buitres negros liberados en los Montes Ródopes.
Más información
Podéis consultar la noticia publicada por Rewilding Europe en este enlace:
https://rewildingeurope.com/news/cinereous-vultures-take-flight-in-the-rhodope-mountains/
YA FUE NOTICIA
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