El pasado domingo 13 de marzo asistimos a una concentración histórica a favor de una mayor protección del lobo y hoy celebramos el 36 aniversario del fallecimiento de Félix Rodríguez de la Fuente (también es la fecha de su nacimiento, por esas casualidades de la vida). Estamos convencidos de que Félix estaría emocionado por la magnitud del clamor popular en defensa de esta joya de la fauna ibérica que se alzó desde la Puerta del Sol, centro neurálgico no solo de Madrid sino también del activismo social más comprometido de los últimos tiempos.

No es fácil manejar con acierto todos los intereses que confluyen en torno a una especie que genera pasiones encontradas y cuya presencia en el medio rural es a menudo sinónimo de conflictos. Pero es evidente que un emblema vivo de lo más auténtico de nuestra fauna como es el lobo ibérico requiere una gestión radicalmente diferente a la que se lleva a cabo en la actualidad, basada en el control a tiros de su población, cuando no es directamente considerada como especie cinegética. Una gestión que tenga en cuenta la importancia ecológica de un depredador clave para nuestros ecosistemas, que le otorgue la protección legal que se merece y que devuelva la dignidad a un animal tan carismático para los amantes y defensores de la naturaleza.

Ayer se dio un paso muy importante en esa dirección, gracias a los miles de ciudadanos que participamos en el acto multitudinario celebrado ayer en las calles de Madrid, al que no podía faltar GREFA, dedicada vocacionalmente a la recuperación y rehabilitación y conservación de la fauna más amenazada o necesitada de ayuda.

Nota: Las fotografías recogen diversos momentos del acto a favor del lobo del 13 de marzo en Madrid y han sido cedidas por WWF España y varios participantes.