En un artículo difundido hoy, el diario El País da a conocer la labor para la conservación del galápago europeo desarrollada desde el centro de recuperación de fauna silvestre de GREFA.
El pasado viernes 23 de agosto eclosionó el primer huevo de galápago europeo de esta temporada de cría.
El galápago europeo es el reptil más amenazado de la Comunidad de Madrid, donde sus poblaciones continúan sufriendo una alarmante disminución debido a la pérdida y destrucción del hábitat, a un creciente aislamiento geográfico, al expolio y a las especies exóticas invasoras, entre otros factores de amenaza. Por ello GREFA, en colaboración con la Fundación Banco Santander, está desarrollando un proyecto de conservación con distintas líneas de actuación.
El galápago europeo (Emys orbicularis) es una tortuga dulceacuícola cuya población ibérica está sufriendo un declive generalizado, siendo el reptil más amenazado de la Comunidad de Madrid, donde se encuentra catalogado como “En peligro de extinción”.
GREFA viene trabajando con esta especie desde hace muchos años, convirtiéndose en el 2012, tras un tiempo de desarrollo e investigación, en uno de los pocos centros de cría de la Península Ibérica y el único activo en la Comunidad de Madrid.
El proyecto de recuperación que GREFA lleva a cabo, gracias al apoyo de la Fundación Banco Santander, combina distintas medidas de conservación in-situ y ex-situ para paliar el déficit de información existente y evitar el deterioro de la población madrileña de galápago europeo:
Recuperación de ejemplares en nuestro Hospital de Fauna.
Los galápagos europeos presentan un caparazón ligeramente abombado, oscuro con líneas amarillas radiales y una piel oscura con puntos o manchas amarillas. La longitud media es de unos 15 cm, siendo las hembras generalmente de mayor tamaño. Su dieta está basada en invertebrados acuáticos, anfibios, peces, etc. También puede alimentarse de materia orgánica en descomposición, contribuyendo a la limpieza del agua.
Los galápagos europeos están activos durante la mayor parte del día, pero existen períodos de hibernación y de estivación, debido a las temperaturas extremas y a la falta de agua en las charcas temporales. En ambos períodos de inactividad, los galápagos se refugian entre la vegetación circundante o se entierran en el fondo de las charcas.
Al acabar el invierno, los machos van en busca de hembras activas para el cortejo y al llegar el verano, la hembra buscará un lugar adecuado para poner sus huevos, de los que emergerán pequeñas crías de entre 4 y 5 gramos de peso.
Las principales amenazas a las que se enfrenta este reptil son la destrucción y fragmentación de su hábitat, la introducción de especies exóticas y el expolio de ejemplares para la tenencia en cautividad.
Los galápagos adultos que forman parte del núcleo reproductor de GREFA son ejemplares recuperados en el Hospital, cuyo origen es conocido gracias a la caracterización genética. En varios de estos ejemplares aún pueden verse las cicatrices de su pasado como mascotas ilegales, ya que muestran taladros en su caparazón que los “propietarios” empleaban para tenerlos atados con una cadena en su jardín. En GREFA se mantienen en condiciones de semilibertad, en unas instalaciones perfectamente acondicionadas y sujetos al control sanitario realizado por el equipo veterinario.
En los últimos años GREFA ha desarrollado un cuidadoso protocolo de incubación artificial para esta especie. Tras la revisión veterinaria, las hembras grávidas desovan en instalaciones específicamente diseñadas para este fin y a continuación los huevos se recogen y se trasladan a las incubadoras electrónicas. Este proceso permite un control exhaustivo de los huevos, así como de las condiciones de temperatura y humedad. Tras la eclosión y durante aproximadamente un año, las crías comienzan el denominado proceso de “headstarting” o “recría”, por el cual éstas se mantienen en condiciones óptimas de crecimiento y desarrollo, asegurando así una mayor tasa de supervivencia de los ejemplares liberados, ya que en el medio natural los neonatos sufren una alta tasa de depredación.
El trabajo in-situ es fundamental para recopilar información actualizada sobre las poblaciones naturales y el estado de sus hábitats. Desde el año 2012 se combina el trabajo de cría en cautividad con el estudio de poblaciones naturales, el seguimiento de los ejemplares liberados y la detección de zonas concretas con necesidades de actuación. Este trabajo permite, no solo atender al galápago europeo, sino a toda la biodiversidad presente en los humedales madrileños, entre la que destacan macrófitos acuáticos, anfibios y macroinvertebrados.
En el año 2015 GREFA apostó por una valiosa herramienta de gestión y conservación, la custodia del territorio, actuando como entidad de custodia para más de 300 hectáreas en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.
La custodia del territorio es una estrategia conservacionista en auge, mediante la cual los propietarios de las fincas privadas desempeñan su actividad de forma compatible con la conservación de las zonas húmedas y de especies asociadas como el galápago europeo.
La educación ambiental es una herramienta fundamental en la conservación de la fauna. El Centro de Educación Ambiental “Naturaleza Viva” de GREFA acoge cada año a más de 8.000 escolares, los cuales pueden observar a algunos de nuestros galápagos en los días soleados y conocer de primera mano su problemática, implicándose así en su conservación.
Ante esta curiosa pregunta, nuestra repuesta no puede ser otra: SI. Según WWF, el 60% de los humedales españoles han sido destruidos por la acción directa del hombre durante el siglo XX y en el caso particular de Madrid hay multitud de humedales que desaparecen de forma silenciosa, sin que apenas nadie se dé cuenta. Estas “joyas” de nuestros ecosistemas, bien podrían beneficiarse del “manto protector” que les proporciona una especie como el galápago europeo, que requiere unas masas de agua limpias, bien conservadas y con abundante vegetación. Por eso, si protegemos a esta especie, estamos protegiendo a multitud de otras especies animales y vegetales, que muchas veces se encuentran en espacios tan preciados como son los estanques temporales mediterráneos, hábitat prioritario de interés comunitario. De ahí, que además del valor propio de esta especie, debamos valorar su importancia como “especie paraguas” de nuestros humedales.
Los galápagos europeos del centro de Cria en Cautividad de GREFA ya estan haciendo las puestas, que son retiradas de los nidos en el suelo e introducidos en incubadoras para facilitar el nacimiento de las crías.
El galápago europeo es el reptil más amenazado de la Comunidad de Madrid, donde sus poblaciones continúan sufriendo una alarmante disminución debido a la pérdida y destrucción del hábitat, a un creciente aislamiento geográfico, al expolio y a las especies exóticas invasoras, entre otros factores de amenaza. Por ello GREFA, en colaboración con la Fundación Banco Santander, está desarrollando un proyecto de conservación con distintas líneas de actuación.
En el año 2012 se creó una instalación específica para la cría en cautividad, que cuenta con una charca exterior, con cristal espía, y todo el equipamiento necesario para la incubación y la recría. En el año 2015, gracias a la colaboración del Fondo Emberiza, se creó una nueva charca e instalaciones específicas para el desove de las hembras.