Se llama Desaparecido y nació en 2013, hijo de Catalino, uno de nuestros buitres negros marcados en la Sierra de Guadarrama en 2010. Resulta que Catalino, en su dispersión, decidió asentarse en el corazón del ahora Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres), allí se emparejó y con tan sólo tres años fue capaz de sacar adelante un pollo, de nombre Desaparecido. Dentro de los trabajos que realiza GREFA con esta especie, enfocados en el conocimiento de las relaciones paterno-filiales, se decidió marcar con emisor a este joven ejemplar, con la Junta de Extremadura y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente como colaboradores.
El hito de Catalino de haber conseguido reproducirse con tan sólo tres años nos llenaba de esperanza, a la vez nos generaba dudas al ser un ejemplar primerizo. Pero llegado el momento, Desaparecido voló. Sin embargo, a las pocas semanas su emisor empezó a no funcionar correctamente. Personal de la Junta de Extremadura se movilizó y encontró cerca de la última posición aportada por el emisor huesos de un joven buitre negro. La historia de Desaparecido parece que terminaba a las pocas semanas de empezar… Pero a veces, la navaja de Ockham falla: lo más probable, lo más simple, no siempre es lo correcto.
Dos años después de haber sido dado por muerto, Desaparecido, este buitre negro tan especial, ingresó herido en el Hospital de Fauna de AMUS, con sede en Villafranca de los Barros (Badajoz) ¿Qué había pasado? ¿Cuál era el misterio? En la zona de nacimiento de Desaparecido había otros nidos con pollos de buitre negro. Posiblemente se encontró el cadáver de uno de ellos y se pensó que era el de este ejemplar, coincidiendo con el fallo del emisor. Sin duda, el ave fénix… Esperemos que Desaparecido se recupere y pueda volar libre pronto.
En las fotografías, diversos momentos del marcaje con emisor del buitre negro Desaparecido en el Parque Nacional de Monfragüe.