Radiografía del aguilucho lagunero tiroteado, donde son visibles los perdigones del disparo que sufrió.Radiografía del aguilucho lagunero tiroteado, donde son visibles los perdigones del disparo que sufrió.Dentro de nuestra labor por la conservación, en GREFA tratamos de paliar (y cuando es viable eliminar) las amenazas que acechan a la supervivencia de nuestras especies salvajes. Las electrocuciones, los atropellos, las colisiones o el crecimiento urbanístico constituyen un riesgo indirecto que con ciertas medidas de gestión, corrección y prevención podrían llegar a alcanzar el mínimo exponente. Pero otras como el uso de veneno, el expolio, la persecución directa o el furtivismo vienen motivados por acciones directas de algunos seres humanos que difícilmente podemos comprender. Contra esto no cabe si no la condena de los responsables.

Ejemplo de ello son los escopeteros que recientemente abatieron a un aguilucho lagunero y a una avutarda, fuera de temporada de caza y en plena época de reproducción de las aves. Su acción, aparte de un atentado contra la fauna, supone una clara muestra de desprecio a todos aquellos cazadores que sí respetan las leyes.

La primera de estas dos preciosas aves, el aguilucho lagunero, ingresó en nuestro Hospital de Fauna Salvaje el pasado 9 de abril, procedente de una finca de Aranjuez (Madrid). El vuelo raso de esta rapaz se vio truncado por un disparo que le provocó inflamaciones, heridas y fracturas en la segunda falange y en el cúbito izquierdos. A día de hoy, todavía permanece ingresado en nuestras instalaciones, a la espera de poder terminar su rehabilitación para ser devuelto a la libertad.

La segunda víctima de esta historia entró en escena el pasado viernes 15 de abril. Se trataba de un imponente macho de avutarda, de unos diez kilos de peso. Posiblemente, el disparo que recibió y alcanzó su carpo izquierdo le mermó su condición física (deshidratación y delgadez), hasta el punto de dificultar su vuelo y provocarle un aparatoso aterrizaje en un estrecho patio de un chalet de Camarma de Esteruelas (Madrid). Imaginamos no debió ser suave la caída, pues presentaba diferentes heridas y hematomas en la quilla, zona pectoral, ambos carpos y húmero derecho.

Desde GREFA, queremos hacer eco de esta noticia, que muestra como gracias a la colaboración ciudadana y de los cuerpos y fuerzas de seguridad locales, coordinados con nuestro Equipo de Rescate, hemos podido atender a tiempo a ambos animales y, lo que es más importante, poner voz a aquellos que son perseguidos indiscriminadamente los 365 días del año.

La avutarda es recogida por un miembro de GREFA en el chalé donde se encontró.aguilucho avutarda001La avutarda es recogida por un miembro de GREFA en el chalé donde se encontró. Momento en que la avutarda es anestesiada en nuestra enfermería para su tratamientoMomento en que la avutarda es anestesiada en nuestra enfermería para su tratamiento


El macho de avutarda cojeando en su instalación de GREFA