UN DÍA CON GREFA

Actividad: En el Hospital de Fauna Salvaje
Día de la visita: 23 de septiembre de 2014

Un susto en la enfermería

Texto y fotos: José Antonio Montero

Al igual que ocurre con los seres humanos atendidos en un hospital, los animales tratados en un centro de recuperación de fauna pueden dar lugar a situaciones inesperadas que ponen a prueba la profesionalidad y entereza de los equipos de trabajo. Eso es precisamente lo que ocurrió una mañana en la enfermería de GREFA.

Reunión matinal en el hospital de fauna de GREFA para marcar las prioridades del día con el equipo de trabajo.Reunión matinal en el hospital de fauna de GREFA para marcar las prioridades del día con el equipo de trabajo.

Nada hace presagiar complicaciones en el tratamiento de una cigüeña negra a la que se le ha roto la punta de la parte superior del pico. Es uno de los tres ejemplares irrecuperables para la vida en libertad procedentes de Bulgaria y cedidos recientemente a GREFA para ser acogidos en uno de los recintos del centro de educación ambiental "Naturaleza viva" de esta asociación.

Fernando González, director del hospital de fauna de GREFA, examina a la cigüeña negra que sufrió la parada cardio-respiratoria tras el incidente, ayudado por la estudiante portuguesa Filipa Lopes.Fernando González, director del hospital de fauna de GREFA, examina a la cigüeña negra que sufrió la parada cardio-respiratoria tras el incidente, ayudado por la estudiante portuguesa Filipa Lopes.Siguiendo el protocolo habitual en estos casos, el animal está tumbado en una de las mesas de la enfermería del hospital de fauna salvaje de GREFA, mientras recibe anestesia inhalatoria previa a la intervención para repararle el pico. Repentinamente, entra en parada cardíaca y respiratoria, lo último a lo que quiere verse enfrentado cualquier veterinario. No mantendremos el suspense y diremos ya que la cigüeña negra sale adelante ya que recibe de sus cuidadores, con la mayor rapidez y resolución posible en esos momentos, la dosis de adrenalina inyectada necesaria para salvar su vida.

Soy testigo privilegiado de ello y de cómo Fernando González, una vez que se asegura que el ave está fuera de peligro, aprovecha el incidente para valorar en común la reacción del equipo de estudiantes y voluntarios que le ayudan en el trabajo diario con los animales heridos o enfermos bajo tratamiento. Este veterinario dirige el hospital de fauna de GREFA desde hace más de diez años y hoy le ayudan Zelica, Beatriz, Filipa, Aida, Solene y Sara. Unas tres horas antes habían iniciado la jornada con la reunión diaria en la que repasan los casos que van a requerir atención prioritaria, pero ni imaginaban que iban a tener que vérselas con un episodio real que les pondría a prueba.

El balance que hace Fernando ante el resto del grupo es positivo: como es lo correcto en cualquier intervención, todo el mundo estaba en su sitio y preparado para un imprevisto que puede surgir cuando menos te lo esperas. Los medicamentos de emergencia habían sido preparados con antelación por si acaso y, lo más importante, se mantuvo la calma en todo momento durante los pocos minutos que duró el incidente. La respuesta del veterinario y sus ayudantes fue tan serena y decidida que ni me enteré de lo que había pasado hasta que todo hubo pasado.

Una lección para no olvidar

Ni que decir tiene que el resto de los casos tratados esa misma mañana es mucho menos problemático, aunque siempre con esa dosis de intensidad y variedad que tiene cualquier día en el hospital de fauna salvaje de GREFA. El trabajo en la enfermería se había iniciado con el tratamiento de un porrón moñudo y dos ánades reales que estaban recuperándose de un pequeño brote de botulismo. Y prosigue con la extracción a un milano negro que tenía fracturados el cúbito y el radio del ala izquierda de un fijador que le había sido colocado días atrás para facilitar la reparación de su lesión ósea. Un ave que ingresó en el hospital víctima posiblemente de un disparo y que, contrariamente al pronóstico inicial, seguramente se recupere lo suficiente para ser devuelto al medio natural.  

Para acabar la mañana, en el reptilario de GREFA (enfermería especialmente habilitada para el tratamiento de anfibios y reptiles) se le repara a un galápago leproso que había ingresado la noche anterior una fractura en el plastrón (cara inferior del caparazón).

Un milano negro recibe anestesia antes de proceder a extraerle el fijador que sujeta una fractura ósea en su ala izquierda.Un milano negro recibe anestesia antes de proceder a extraerle el fijador que sujeta una fractura ósea en su ala izquierda.

Siempre que tengo el privilegio de ver en primera persona cómo se trabaja en alguno de los centros de recuperación de fauna silvestre operativos en nuestro país no deja de sorprenderme que en los tiempos que corren podamos contar con profesionales y voluntarios tan volcados en asistir a los animales más necesitados, con la dedicación que requiera cada caso. Los que hoy tenían turno en la enfermería de GREFA recibieron (y ellos mismos ofrecieron) una lección de cómo actuar con competencia y responsabilidad que seguramente no olvidarán.