Primer vuelo del águila real "Eufemia", con su emisor al dorso, tras su segunda liberación en el Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xures en julio de 2009.
Primer vuelo del águila real "Eufemia", con su emisor al dorso, tras su segunda liberación en el Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xures en julio de 2009.

Me llamo “Eufemia” y fui un águila real. Nací en GREFA, desde donde me mandaron a Galicia para que mi especie no desapareciera del noroeste peninsular. Pero fui tiroteada y tuve que regresar a GREFA como paciente. Allí lograron rehabilitarme y pude volver a Galicia. Aparecí en periódicos y televisiones, pero yo lo único que quería era volar y ser dueña de mi reino, el cielo. Y así lo hice durante diez años.

Vine al mundo un 16 de abril de 2008 gracias al programa de reproducción de especies amenazadas de GREFA, que había tenido los primeros pollos de águila real en 1999 con el objetivo de recuperar la especie en Galicia y el norte de Portugal. Nací con el ombligo abierto, algo que no es demasiado atípico ni peligroso si no va acompañado de mayores complicaciones, pero que obligó a mis cuidadores a estar todavía más pendientes de mi de lo que siempre lo están y a asegurarse de mantenerme bien limpia la zona afectada.

Casi tres meses más tarde, el 9 de julio, fui trasladada a un nido artificial en el Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés, al sur de la provincia de Ourense, muy cerca del Parque Nacional de Peneda-Gerés, en Portugal. Mi nido o “hacking” lo construyeron entre rocas sobre un lugar muy alto llamado Santa Eufemia (de ahí mi nombre), donde tuve como vecinos a lobos y otros espectaculares animales. En ese nido permanecí varios días antes de aventurarme a mi primer vuelo, pero en cuanto me decidí a dar el salto y experimenté la sensación del viento corriendo por mis plumas supe que aquello era para lo que yo había nacido.

Sin embargo al iniciar mi dispersión juvenil y sobrevolar una finca en la provincia de Salamanca tuve la desgracia de que me disparasen. Será que me confundieron con una paloma, ¿no os parece? (dicho con ironía). Casi no lo cuento, porque varios perdigones quedaron incrustados en mi cuerpo e incluso me provocaron la fractura del cúbito izquierdo. Con ese hueso roto no podía volar y hubiese muerto miserablemente, como tantos otros antes y después que yo, si no llega a ser porque gracias a mi emisor pudieron localizarme y rescatarme los técnicos de GREFA. Me encontraron delgada, débil, deshidratada, hipotérmica y herida de gravedad... ¡pero viva! Corría el 20 de noviembre de aquel mismo año 2008, solo siete meses después de mi nacimiento y cuatro desde mi liberación.

Introducción de "Eufemia" al nido o "hacking" construido entre rocas para albergar a esta águila real durante su primer traslado a Galicia en julio de 2008Introducción de "Eufemia" al nido o "hacking" construido entre rocas para albergar a esta águila real durante su primer traslado a Galicia en julio de 2008

Ha nacido una estrella

Mi recuperación en el Hospital de Fauna Salvaje de GREFA llevó casi un año. Tuve que pasar por cirugía, UCI, rehabilitación y fisioterapia. A punto estuve de no recobrar la movilidad del ala fracturada, pero al fin el 8 de julio de 2009 pude volver a sentir la inmensa felicidad de levantar el vuelo sostenida por el batir de mis alas. Fue un momento tan mágico que nadie se lo quiso perder y allí estaban mis amigos de GREFA, agentes del SEPRONA, agentes medioambientales de la Xunta de Galicia, personal del Parque Natural, técnicos de Portugal, autoridades locales e incluso el propio ejército. Las imágenes de aquel mítico vuelo aparecieron en portada del "Faro de Vigo", en "La Voz de Galicia", en la televisión gallega (TVG) y en otros medios de comunicación. Me convertí en una celebridad, pero a mí todo eso me daba igual, porque si pudierais volar como yo seguro que tampoco perderíais el tiempo con la tele, las redes sociales ni ninguna de esas bobadas.

Durante una década sobrevolé cañones fluviales y macizos montañosos, uní dos países volando entre España y Portugal a través de fronteras que para nosotros no existen, sobreviví a varios incendios forestales, atravesé grandes parques eólicos sin caer víctima de sus aerogeneradores y probablemente esquivé de milagro algún envenenamiento, alguna electrocución y algún otro disparo como el que me dejó fuera de combate en 2008. Tantísimos y terribles peligros evitados hasta que el 24 de julio de 2018 la suerte dejó de sonreírme y con inmensa pena tuvieron que recoger mi cadáver en las tierras orensanas que me vieron volar por primera vez, por causas que GREFA a día de hoy aún desconoce y que tal vez algunos prefieren no saber.

Todas estas vivencias me convirtieron en uno de los protagonistas emblemáticos de mi querida GREFA. Y me consta que el paso del tiempo no ha borrado ese recuerdo, porque basta fijarse en el estrecho banner superior de su página web para saber que me siguen teniendo muy presente: "Eufemia", gran monarca de las alturas, por siempre alas extendidas al viento.

Momento de la segunda liberación de "Eufemia" en julio de 2009, tras ser rehabilitada de un disparo.Momento de la segunda liberación de "Eufemia" en julio de 2009, tras ser rehabilitada de un disparo.

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