Localizan a los buitres negros 'Bartolo' y 'Balona' más de una década después de marcarlos

El buitre negro "Bartolo" fotografiado en el Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) Ávila-Norte, en Urraca-Miguel (Ávila), el pasado 16 de septiembre.

Detalles: Publicado: 11 Diciembre 2021; Visto: 2111

Sobrevivir en la naturaleza no es fácil. Por eso cuando algunos animales que conocimos años atrás, y de los que hace tiempo que no teníamos noticias, dan señales de vida nos llevamos esa alegría de reencontrar a unos viejos amigos, sabiendo que habrán podido superar infinidad de peligros y dificultades. Es el caso de los buitres negros "Bartolo" y "Balona", a los que marcamos con emisores en 2009 y 2011. Esta es su historia.

El idilio de GREFA con el buitre negro es tan antiguo como la propia organización, que nació formalmente en 1981. En esos mismos años ochenta comenzamos a estudiar la colonia reproductora de esta especie en la Sierra Oeste de Madrid. Aquellos primeros pasos cristalizarían poco después en un proyecto en torno a la ZEC "Cuencas de los ríos Alberche y Cofio".

A su vez la experiencia y conocimientos que fuimos adquiriendo en esos trabajos nos colocaron en la mejor disposición para que GREFA lanzase y liderase la reintroducción del buitre negro en Pirineos a través del Proyecto Monachus, allá por 2007. Diez años más tarde haríamos extensivo este proyecto al Sistema Ibérico, con un proyecto similar en el sector burgalés de la Sierra de la Demanda. Pero... ¿dónde encajan nuestros protagonistas, "Bartolo" y "Balona", en esta historia?

El CTR Ávila-Norte, punto de encuentro

"Bartolo" es un buitre negro que capturamos siendo adulto en la Sierra Oeste de Madrid en 2009. Lo anillamos y le colocamos uno de los primeros emisores GPS que empleamos en GREFA. La tecnología no siempre funciona como esperamos y este emisor daba muchas menos posiciones de las previstas, con grandes lagunas de tiempo sin emitir. Aun así "Bartolo" nos aportó valiosísima información, siendo la más relevante la de descubrirnos una pequeña colonia de buitre negro en la comarca de Tierra de Pinares, ya en la provincia de Ávila, que hasta entonces era desconocida. Pudimos también ubicar su nido y verificar el vuelo de sus pollos durante las temporadas de cría hasta la actualidad: este pasado verano marcamos a su cría, a la que llamamos "Almanzor", gracias al seguimiento en campo que hacemos de esta colonia.

Aunque teníamos localizado su nido, desde que el GPS dejó de emitir desconocíamos los movimientos y zonas de alimentación que usaba "Bartolo". A finales de agosto de 2015 su emisor dejó de darnos localizaciones regularmente, aunque en los meses siguientes aún pudimos seguir el rastro de forma puntual gracias al GPS. Tiempo después, en el otoño de 2016, volvimos a saber que "Bartolo" se encontraba en perfectas condiciones gracias al avistamiento y la identificación de su anilla por parte del fotógrafo Alberto Álvarez en un observatorio de aves de la empresa Hidesmadrid en la Sierra Oeste de Madrid.

Fotografía de "Bartolo" hecha en noviembre de 2016 desde un "hide" de Hidesmadrid, en la Sierra Oeste de Madrid. Foto: Alberto Álvarez.

Pero el seguimiento de campo de nuestros técnicos ha permitido tener de nuevo noticias de él: el pasado 16 de septiembre pudimos verle y reconocerle por su anilla de PVC para observación a distancia (y otra vez el 20 de octubre). El avistamiento se hizo en el entorno del Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) Ávila-Norte, en Urraca-Miguel (Ávila), donde desde 2020 desarrollamos un estudio en colaboración con EDP-Renovables (EDP-R) centrado precisamente en el buitre negro y también en el milano real.

En cuanto a "Balona", su caso resulta aún más extraordinario, porque este ejemplar se marcó con emisor en la Comunidad de Madrid en julio de 2011 pero se perdió su señal un año más tarde en la provincia de Cáceres. A diferencia de "Bartolo", no volvimos a saber nada de ella desde aquel momento hasta que la localizamos de nuevo en 2020, también en el vertedero de Urraca-Miguel dentro del estudio desarrollado con EDP-R. Concretamente la observamos el 7 y 8 de noviembre de 2020, y de nuevo hemos vuelto a verla este año 2021 el 28 de septiembre y el 25 de octubre.

Marcaje con emisor GPS de "Bartolo", ya adulto, en 2009 en la Sierra Oeste de Madrid.

'Guisando' también se deja ver

Si los buitres negros veteranos nos daban motivos para estar contentos, no les iban a la zaga los novatos. Una de las actuaciones que incluye el estudio de GREFA y EDP-R sobre el impacto de los vertederos es el marcaje con GPS cada año de un cierto número de ejemplares. De los tres pollos de buitre negro que se marcaron en 2020 uno de ellos, "Guisando", iba a dejarse ver el pasado 28 de octubre en el sur de la provincia de Valladolid.

La persona que identificó a "Guisando" fue Pedro Decimavilla, que conocedor del Proyecto Monachus de GREFA se puso en contacto con nosotros por mail para informarnos de su avistamiento y para mandarnos algunas fotos del feliz encuentro. Según nos explicó, "Guisando" se encontraba junto con un ejemplar joven de águila imperial en una finca con abundancia de conejos, por lo que cabe suponer que a ninguno de los dos les faltaban allí buenos medios de subsistencia.

Nuestra satisfacción por todas estas observaciones está más que justificada. Por una parte, la sorpresa y la emoción de localizar a dos individuos que marcamos allá por 2009 y 2011 y que tras dejar de emitir y perderse su rastro durante años volvíamos a ser nosotros mismos quienes los situábamos sobre el mapa. En segundo lugar la tranquilidad de saber que contamos con amigos y aficionados a la ornitología, como Alberto Álvarez y Pedro Decimavilla, que complementan nuestras propias observaciones y que no dudan en compartir con nosotros sus avistamientos y sus magníficas fotografías. Y por último la confirmación de que el estudio que estamos llevando a cabo en el entorno del CTR Ávila-Norte, y del cual la lectura de anillas es solo una de las acciones que lo componen, nos está aportando datos de gran interés para conocer mejor el comportamiento de las aves necrófagas y carroñeras así como sus desplazamientos, sus patrones de búsqueda de alimento y sus posibilidades de supervivencia. Todo esto sin duda redundará en importantes avances para la conservación de nuestro querido buitre negro.

El buitre negro "Guisando", con un águila imperial joven, en el sur de Valladolid. Foto: Pedro Decimavilla.