En mayo de 2025 se produjo un acontecimiento que supuso un auténtico hito para la naturaleza en España: el nacimiento en libertad del primer pollo de pigargo europeo en nuestro país, siendo sus progenitores dos ejemplares reintroducidos, "Mansolea" y "Pimiango". La buena noticia ahora es que este pollo, tras abandonar su nido en el norte de Castilla y León a mediados de julio, ya ha iniciado su fase de independencia.
El nacimiento de este pollo, bautizado como "Aquila" es fruto de las liberaciones de pigargos iniciadas en 2021 por GREFA en Asturias, que han obtenido el aval de la UICN. También le debe mucho a la perseverancia de un equipo como el del Proyecto Pigargo, que nunca dejó de creer en el objetivo de devolver a los cielos españoles la presencia de esta especie.
Primer plano de "Aquila" antes de abandonar su nido en el norte de Castilla y León.
En el nido de "Mansolea" y "Pimiango", situado al norte de Castilla y León, nacieron dos pigargos, aunque sólo uno sobrevivió. El pasado 6 de mayo se produjo la eclosión de los huevos y durante aproximadamente un mes pudo constatarse la existencia de ambos pollos, de los cuales uno mostraba signos de un desarrollo menos avanzado. Finalmente el 9 de junio se produjo la última observación del pollo menos desarrollado. La mortandad en pollos de parejas primerizas suele ser elevada de manera que, aunque la muerte de uno supuso un momento de tristeza para el equipo, la supervivencia del otro fue un verdadero éxito. Durante 75 días, "Aquila" había observado en su nido cómo sus padres surcaban el cielo, cómo volvían con presas, cómo vigilaban el territorio… En su última fase de desarrollo batía habitualmente sus alas de forma enérgica preparándose para un salto cada vez más inminente, hasta que el 18 de julio, y como un recuerdo ancestral que despertó, su vida fuera de la protección del nido dio comienzo, precisamente cuando el miedo se convirtió en el instinto de lanzarse al vacío.
Frecuentes vuelos exploratorios
Desde su abandono del nido, tanto el pollo como la inexperta pareja de pigargos europeos han dado una lección parental de vinculación familiar. Inmediatamente los padres cambiaron su zona de alimentación, centrándola en la zona de ubicación de su polluelo, comenzando así el proceso de enseñanza de las técnicas de pesca. "Pimiango" y "Mansolea" incrementaron la intensidad de los lances de pesca y lo hacían principalmente frente a su pollo. De hecho muchos de esos lances no tenían intencionalidad de capturar un pez, sino de mostrar a "Aquila" cómo pescar, de la misma manera que le han acompañado enseñándole los lugares donde obtener alimento.
El pollo de pigargo descansa en el suelo tras abandonar el nido.
Fruto de esta enseñanza, el pasado 12 de noviembre el equipo de seguimiento del Proyecto Pigargo pudo constatar por vez primera que el pollo había logrado pescar con éxito; pocos días después, capturó un conejo en una zona de gran densidad del lagomorfo en la provincia de Valladolid. Mientras tanto, sus vuelos exploratorios, cada vez más frecuentes, amplios y prolongados, ya le han permitido encontrarse con otros pigargos con los que interactúa con normalidad. Actualmente, el pollo continúa regresando habitualmente al territorio natal pero ya se alimenta de forma autónoma, principalmente de carroña.
Un comportamiento peculiar
En el pasado mes de octubre "Aquila" llegó hasta el territorio de otra de las parejas de pigargo cuya hembra, de nombre "Andara", no sólo aceptó al pollo en su territorio sino que le alimentó. La secuencia observada por el equipo de seguimiento describe cómo "Andara" realizó frente al pollo cuatro lances de pesca consecutivos, capturando un pez que inmediatamente llevó hasta la orilla donde cedió la presa al pollo, dejando que se alimentara. Es probable que el comportamiento de "Andara" se haya producido al verse esta hembra incitada por el instinto de una madurez sexual incipiente, como práctica de futuros cuidados parentales. Pero no sabemos con certeza a qué se debe tal aceptación, que continúa a día de hoy, a diferencia de los pigargos del territorio contiguo, por donde el pollo apenas se mueve, por lo que intuimos que no es tan bien recibido.
Esperanza de futuro
El reciente nacimiento de este pollo de pigargo europeo reaviva la esperanza de que, con esfuerzo y voluntad, podamos revertir los daños a la naturaleza y devolver a la biodiversidad española parte de su grandeza original. En definitiva, nos invita a creer en un futuro más vivo, más salvaje… y más lleno de biodiversidad.
El vídeo de GREFA
YA FUE NOTICIA
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